01. La importancia de la educación ambiental - Introducción
02. Principios básicos de la educación ambiental
03. Cuidar el medio ambiente es responsabilidad de todos
04. Consejos que podemos llevar a cabo para cuidar el medio ambiente
Reciclar: Cuando reciclamos estamos luchando contra el calentamiento global. Es una de las mejores acciones que podemos llevar a cabo cada día y es más sencillo de lo que imaginamos. Separando los papeles y los cartones de los plásticos, los envases de vidrio o los restos de comida ya estamos colaborando en un bien común.
Cerrar los grifos: Sin el agua, la vida en nuestro planeta sería imposible. Por ello, debemos tener cuidado cuando nos bañamos o cuando lavamos los platos, puesto que por cada minuto con el grifo abierto suponen hasta 20 litros de agua.
Apagar las luces: Dejar las luces encendidas es una mala costumbre que puede ser difícil de erradicar. Es muy común llegar a casa, encender todas las luces y empezar a hacer las tareas domésticas, descuidando así el consumo de energía que esto conlleva.
No utilizar plásticos: Los plásticos contaminan nuestras ciudades, especialmente aquellas que tienen ríos, lagos o mares. Sobre el agua pueden resistir hasta 100 años, y eso ha provocado que muchas especies marinas hayan muerto al ingerirlos. Debemos evitar en la medida de lo posible consumir productos que provoquen desechos plásticos y, en caso de que sea indispensable, tenemos que procurar separarlos y reciclarlos correctamente.
Evitar el uso del coche: La contaminación por parte de los coches y la industria automovilística han provocado que la capa de ozono sea un problema muy preocupante. Gases tan nocivos como el dióxido de carbono (CO2) se ven constantemente sobre el cielo de las grandes ciudades, creando una atmósfera en la que se hace muy difícil vivir. La solución es movernos más andando, en bicicleta o usando con mayor frecuencia el transporte público.
Comprar productos con certificado ecológico: Son aquellos que no son contaminantes, no se han utilizado pesticidas y podemos estar seguros de que no han sido modificados genéticamente.
Utilizar bombillas de bajo consumo y luces LED: Otra buena medida es la de cambiar las bombillas convencionales por bombillas de bajo consumo o bombillas LED, las cuales tienen la misma capacidad de iluminación que las bombillas normales. Consumen menos que las convencionales y pueden llegar a durar hasta 10 meses, por lo que son mucho más rentables y se amortizan más a medio y largo plazo.
Desconectar los aparatos electrónicos de nuestra vivienda: Aunque dejemos nuestros dispositivos electrónicos apagados, siguen consumiendo energía. Tanto la televisión, el cargador del móvil o la luz de la mesita de noche que tenemos suponen aproximadamente un 10% del consumo mensual de electricidad en una vivienda.
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