Especiales ambientales

¿Qué es la Economía Circular?

01. Economía Lineal

¿Sabías que los seres humanos generamos más de 10.000 millones de toneladas de residuos cada año?

Generamos mucha más basura de la que nuestro planeta puede soportar, lo que nos lleva a plantearnos la siguiente cuestión, ¿qué estamos haciendo mal?

La mayor parte de este problema reside en un sistema económico lineal que únicamente piensa en fabricar cosas para tirarlas cuando dejan de ser útiles. Dentro de esta cadena, cada uno de los procesos que se llevan a cabo mira exclusivamente por sus propios intereses, generando sus propios desechos.

Cuando se fabrica un producto, solo hay una idea primordial, la cual se basa en producir el máximo posible para vender lo máximo posible. De esta forma, llegamos a la obsolescencia programada, donde los productos están pensados para que se estropeen y así volver a comprarlos, sin dejar de consumir dicho producto.

¿Qué significa vender mucho? La respuesta es sencilla, vender mucho significa extraer mucha materia prima. La extracción abusiva de dicha materia prima es muy agresiva con la atmósfera, los ecosistemas y el medio ambiente.

Durante los últimos 20 años hemos llevado a la extinción a más de 27 especies de animales diferentes. ¿Acaso queremos ser los únicos habitantes de la Tierra?

Los métodos que utilizamos para el transporte y la distribución son también muy contaminantes. Para hacernos una idea, hay que tener muy en cuenta que las 15 empresas de mercancía marina más importantes del mundo contaminan más que la mitad de los coches que hay en todo el planeta.

Las fábricas tampoco se salvan de todo este proceso ya que, a pesar de las recomendaciones de los expertos, procesan los materiales con métodos muy contaminantes y generan una gran cantidad de residuos.

Respecto a los consumidores, también somos los responsables directos de la elevada cantidad de residuos que generamos. Nos obsesiona tener siempre los productos más modernos y de mayor tendencia que salen al mercado, sin preocuparnos por el origen y la fabricación de los productos que compramos.

El último eslabón de esta cadena es el reciclaje, donde hoy en día la mayoría de bienes de consumo no están pensados para que sean recuperados y, aunque reciclemos algunos materiales, todavía nos queda un largo camino por recorrer. La situación es crítica, hasta el punto de ser prácticamente insostenible.

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