02. Formación: el ciclo del agua
04. Humedad máxima y saturación
06. Clasificación de las nubes I
Para analizar, estudiar y comparar nubes es preciso realizar una clasificación de los tipos que se dan en la naturaleza. Esta tarea no es tan evidente como parece. No fue hasta principios del siglo XIX cuando se dispuso de una clasificación ampliamente aceptada por todo el mundo científico, que es la que empleamos en esta unidad y se detalla en el apartado siguiente. Antes vamos a revisar brevemente las clasificaciones nubosas más comunes, muy conceptuales y clarificadoras.
Todo tipo de clasificación se basa en observar alguna característica de la estructura nubosa que determine el tipo de nube: forma, altura, constitución, origen, etc. Cada característica tiene sus ventajas y desventajas. Aunque aceptemos al final una determinada, podremos utilizar las otras clasificaciones para complementarla.
Podemos clasificar las nubes según su origen. Existen nubes que se forman debido a la presencia de los frentes, son las nubes frontales.
Las nubes orográficas son aquellas que están ligadas en su génesis a la orografía o accidentes del terreno.
Las nubes convectivas serán aquellas que se forman por la convección o burbujeo atmosférico en los días cálidos e inestables.
Estos tres grupos son los más importantes.
Atendiendo a la naturaleza de su desplazamiento tendremos las nubes estáticas o cuasiestacionarias y las nubes móviles.
Muchas nubes orográficas están ligadas al terreno y permanecen fijas al obstáculo que las genera. La gran mayoría de las nubes son de tipo móvil.
Las nubes naturales y artificiales. Las primeras se originan de forma natural. Las segundas se forman por la acción directa o indirecta de los seres humanos (penachos de humo, nubes asociadas a la contaminación, etc.).
Si consideramos que la troposfera está dividida en tres niveles o capas a distinta altura tenemos una clasificación muy útil atendiendo a la altura que, mayoritariamente, ocupa una nube. Así, las nubes próximas al suelo y que llegan hasta los 2-3 km de altura son llamadas nubes bajas. Las que ocupan un nivel intermedio entre los 3 y 7 km, serán las nubes medias. Las nubes altas son aquellas que ocupan el nivel superior de la troposfera y pueden llegar hasta los 14 km de altura o más. Las alturas de los niveles anteriores hay que considerarlas con cierta “elasticidad”, sus valores son orientativos y dependen de la latitud donde nos encontremos.
Siguiendo con nuestra línea clasificatoria por niveles tenemos un caso especial, las nubes de desarrollo vertical formadas por sistemas nubosos que se extienden desde capas bajas a muy altas.
A principios del siglo XIX se dieron los primeros pasos para nombrarlas. En 1803 el científico inglés Luke Howard (1772-1864) presentó una clasificación basada en sus formas más habituales.
Luke Howard llamó a las nubes abultadas, que aparecen como amontonadas e hinchadas, Cumulus, que significa montón. A las nubes en capas se las denominó Stratus que significa capa o manto. Las nubes en forma de mechón de pelo las denominó Cirrus. A las nubes cargadas de lluvia, las denominó Nimbus.
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